lunes, 18 de abril de 2011

Autodestrucción

¿Quién no ha sido alguna vez su propio enemigo? ¿Quién no se ha traicionado? Actuando a favor de los remordimientos nos castigamos bajo la pena de la destrucción de sí mismo... ¿Quién no ha sido cómplice del mayor de sus sufrimientos? ¿Quién lo dejó pasar? Cuerpo y mente fueron un conflicto y arrasaron con todo... Este absurdo modo de la guerra por la paz, lo catastrófico por las ruinas... En el desacuerdo donde se acaban trincheras y colinas, seremos perros de nadie ladrando a las puertas del cielo como recitó Sabina... Caminemos despacio, que está el alma avergonzada, y un mar de mentes diferentes, la brisa del rencor, el recuerdo de traición, ver lágrimas amoratadas es cuestión de tradición, después un paseo por las vías escondiendo la razón y despertar un nuevo día más cerca de la salida a un paso de la autodestrucción...


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