lunes, 25 de abril de 2011

Autodestrucción (terrestre)

Nos creaste
en pos de suicidarte.
Fabricaste tu ideación,
tu ser perfecto,
buscándote,
nos encontraste.
Sabia madre tierra,
a tientas
te inducías en las tinieblas siniestras,
tu camino.
Receptor de tu existencia,
emisor de tus lenguas,
por ordenarte, por comprenderte,
por escucharte, por tu respuesta,
diste con la cúspide,
diana en la razón,
seres inteligentes,
objeto de tu causa profunda,
entendimiento, humanos. Vinieron,
por ti,
a otorgarte compañía,
a saberte viva,
a conocerte, 
a experimentarte,
a hablarte.

Pero, dime, ¿en qué fallaste?

Buscándonos entre las profundidades
de tus océanos: oro negro.
Atravesando tus recónditos parajes,
oferta, venta, demanda: dinero.
Peregrinando los caminos de 
la neurona, el alma, la respuesta: religión.

La réplica de tus plegarias se cumplió,
finiquitando la infinitud de tus dudas, creando
cerebros abismales, 
cuya saciedad tan sólo es impulsada por la muerte.

Oro negro, dinero, religión... guerras.
Guerras que ignoran
nuestra propia existencia,
mutua mutilación,
daños al semejante,
ignorantes, 
cargamos la bomba atómica
de odio,
ignorantes,
el daño al vecino, la bomba atómica,
el estallido contra uno mismo.

Tu falta de amor propio
posa nuestro pie en tu superficie,
al igual
que matamos al amigo,
la mutua mutilación,
mera autodestrucción,
matándonos,
te emulamos.

Nos inventaste,
te condenaste,
sin comprenderte,
te suicidaste. 



lunes, 18 de abril de 2011

Autodestrucción

¿Quién no ha sido alguna vez su propio enemigo? ¿Quién no se ha traicionado? Actuando a favor de los remordimientos nos castigamos bajo la pena de la destrucción de sí mismo... ¿Quién no ha sido cómplice del mayor de sus sufrimientos? ¿Quién lo dejó pasar? Cuerpo y mente fueron un conflicto y arrasaron con todo... Este absurdo modo de la guerra por la paz, lo catastrófico por las ruinas... En el desacuerdo donde se acaban trincheras y colinas, seremos perros de nadie ladrando a las puertas del cielo como recitó Sabina... Caminemos despacio, que está el alma avergonzada, y un mar de mentes diferentes, la brisa del rencor, el recuerdo de traición, ver lágrimas amoratadas es cuestión de tradición, después un paseo por las vías escondiendo la razón y despertar un nuevo día más cerca de la salida a un paso de la autodestrucción...


martes, 12 de abril de 2011

Consecuencias

Tras cada vaso roto.
Tras cada hombro ajeno mojado.
Tras cada beso robado, prohibido, vetado.

Ahí vienen.

Tras cada dosis.
Tras cada golpe ahogado en la pared.
Tras tus huídas veloces.

Se acercan.

Tras cada corte.
Tras cada grito.
Tras tu labio mordido.

Ya llegan.

Tras la ropa arrancada.
Tras almohadas que silencian.
Tras un arma descargada.

Aquí están. Las consecuencias.